Está basado en aparatología médica, y sus beneficios principales incluyen detener el avance del estado de enfermedad del organismo, aliviar el dolor que pueda llegar a sentir, a la vez que permitir recuperar la movilidad articular que pueda haberse visto comprometida.
El método de T.O.B además se destaca por no ser invasivo ni agresivo, y por la no utilización de algún tipo de medicamento permitiendo de esta manera que no se produzca ningún tipo de perjuicio o efecto secundario para la salud.
¿Cómo funciona el tratamiento? Antes de poder contestar a esa pregunta es importante que pueda comprender qué se reconoce y cómo funciona una enfermedad. El organismo llega a este estado cuando una anomalía que imposibilita al organismo de realizar adecuadamente sus funciones vitales y de soporte, se perpetúa durante un determinado período, conduciéndonos así a un estado patológico.
¿Qué ocurre con nuestras células en ese momento?
En el interior de nuestras células, la unidad funcional básica de nuestro organismo, se encuentran albergadas dos sustancias fundamentales para la vida humana, el ADN y el ARN. En la primera se guarda la información genética necesaria para que las células, puedan reproducirse y cumplir adecuadamente las funciones, allí se almacenan los datos que van a determinar desde nuestro sexo, hasta nuestro color de pelo.
El ARN es el elemento que permite que la información que se almacena en el ADN se pueda transmitir al resto de la célula.
Ahora bien, por diversos motivos a veces ocurre que este traspaso de información puede verse trastocado, y ante esta información errónea, la célula afectada comienza a comportarse de forma inadecuada.
La cadena de sucesión puntual es la siguiente, a partir de esta mala información, comienza un proceso de semi descompensación y la célula o el grupo de células afectadas ven comprometida su estructura y funcionalidad, lo que a su vez interrumpe los procesos de comunicación intercelular y con el medio extra celular, continuando a un ritmo de degeneración progresivo y degenerativo que se desarrolla hasta convertirse en lo que conocemos como síntoma-enfermedad.
¿Cómo trabaja el sistema?
Cuando el paciente ingresa a un campo ordenado en tiempo de barridos secuenciales y celulares correctos, a través de ondas que estimulan el retorno al equilibrio, se consigue que las células vuelvan a ejecutar la función adecuada.
La aparatología medica con la que contamos produce un campo frecuencial de ondas sincrónicas que van a actuar íntegramente sobre el organismo humano, produciendo una reorganización progresiva del funcionamiento celular.
Este es un proceso paulatino, de recuperación gradual y sostenida, que no representa ningún tipo de agresión hacia el cuerpo humano, por lo que no existen secundarismos.
Está basado en aparatología médica, y sus beneficios principales incluyen detener el avance del estado de enfermedad del organismo, aliviar el dolor que pueda llegar a sentir, a la vez que permitir recuperar la movilidad articular que pueda haberse visto comprometida.
El método de T.O.B además se destaca por no ser invasivo ni agresivo, y por la no utilización de algún tipo de medicamento permitiendo de esta manera que no se produzca ningún tipo de perjuicio o efecto secundario para la salud.
¿Cómo funciona el tratamiento? Antes de poder contestar a esa pregunta es importante que pueda comprender qué se reconoce y cómo funciona una enfermedad. El organismo llega a este estado cuando una anomalía que imposibilita al organismo de realizar adecuadamente sus funciones vitales y de soporte, se perpetúa durante un determinado período, conduciéndonos así a un estado patológico.
¿Qué ocurre con nuestras células en ese momento?
En el interior de nuestras células, la unidad funcional básica de nuestro organismo, se encuentran albergadas dos sustancias fundamentales para la vida humana, el ADN y el ARN. En la primera se guarda la información genética necesaria para que las células, puedan reproducirse y cumplir adecuadamente las funciones, allí se almacenan los datos que van a determinar desde nuestro sexo, hasta nuestro color de pelo.
El ARN es el elemento que permite que la información que se almacena en el ADN se pueda transmitir al resto de la célula.
Ahora bien, por diversos motivos a veces ocurre que este traspaso de información puede verse trastocado, y ante esta información errónea, la célula afectada comienza a comportarse de forma inadecuada.
La cadena de sucesión puntual es la siguiente, a partir de esta mala información, comienza un proceso de semi descompensación y la célula o el grupo de células afectadas ven comprometida su estructura y funcionalidad, lo que a su vez interrumpe los procesos de comunicación intercelular y con el medio extra celular, continuando a un ritmo de degeneración progresivo y degenerativo que se desarrolla hasta convertirse en lo que conocemos como síntoma-enfermedad.
¿Cómo trabaja el sistema?
Cuando el paciente ingresa a un campo ordenado en tiempo de barridos secuenciales y celulares correctos, a través de ondas que estimulan el retorno al equilibrio, se consigue que las células vuelvan a ejecutar la función adecuada.
La aparatología medica con la que contamos produce un campo frecuencial de ondas sincrónicas que van a actuar íntegramente sobre el organismo humano, produciendo una reorganización progresiva del funcionamiento celular.
Este es un proceso paulatino, de recuperación gradual y sostenida, que no representa ningún tipo de agresión hacia el cuerpo humano, por lo que no existen secundarismos.
El sólido, el líquido y el gaseoso son los estados básicos, conocidos y familiares. La física sostiene que la diferencia de estados se debe pura y exclusivamente a esos millones y millones de pequeños elementos energéticos que, en definitiva, se mantienen allí a través de ciertas fuerzas.
En el estado sólido, la fuerza de cohesión entre los átomos es importante, ello justifica la sensación de consistencia que de ella se tiene.
En el estado líquido, la cohesión interatómica o intermolecular es menor que en el sólido. Un líquido asume cualquier forma, precisamente porque su cohesión es pobre. En el estado gaseoso, la fuerza de repulsión es mayor que la de cohesión y por ello todo gas trata de ocupar el mayor espacio posible.
Los otros dos estados reconocidos o por lo menos justificados por la física son los estados radiante o etérico y plásmico.
El estado plásmico, resulta de la observación de ciertos fenómenos en la zona de la vía láctea y de algunas constelaciones. Se supone un estado particular de tan elevada temperatura, diferenciado de la materia, que se ha denominado plásmico, por estimarse que es allí donde se plasman las futuras galaxias, sistemas solares o planetas.
El estado radiante, empieza a tener vigencia cuando se producen los descubrimientos e invenciones inalámbricas y las comunicaciones de tal orden, es decir, las radioeléctricas. Esto es, cuando a través de dos puntos no vinculados entre sí por medios visibles se logra establecer una comunicación. Hubo necesidad forzosa de admitir que "algo" en el espacio servia de conductor, un agente sutil, conductor, que ocupa los espacios intermoleculares y que vincula los sistemas emisores y receptores.
Para ejemplificarlo: si sumergimos un trozo de material absorbente en agua, el sólido es interpretado por el líquido y este a su vez es interpretado por el gaseoso (oxígeno e hidrógeno existentes en el agua), finalmente el éter interpreta todo.
Quiere significar esto que el éter no tiene limitaciones, se deduce del mismo, que sigue siendo materia aunque muy sutil, que posee diferentes grados de densidad, siendo uno de ellos el que permite la propagación de las radiaciones.
La física moderna es el receptáculo de la presente regulación energética, o sea que es la ciencia que estudia las transformaciones de la energía.
Las energías que más están desarrollándose y movilizándose en la actualidad por la ciencia, (la tecnología y la cibernética) son las electromagnéticas. Esta modalidad es la que más interesa en relación con el ser humano. Consideremos ahora el concepto de "campo", la física dice de este que es una zona o porción del espacio donde se verifica un determinado fenómeno, pudiendo ser el mismo de índole eléctrica, magnética, térmica, etc. Es decir, que sin que exista un medio o vinculo visible puede apreciarse un fenómeno que es el efecto de alguna causa existente en esa zona o porción del espacio. Quiere decir entonces que en esa zona existe un campo, que poseerá una fuerza determinada y a medida que nos alejemos de su agente generador ira decreciendo su intensidad, hasta donde es posible ponderar algún efecto del referido agente. Tratándose de energía irradiada, la que conforma el campo, se trata de efectos eléctricos y magnéticos, por lo tanto, el campo generado es electromagnético. Consideremos ahora el movimiento de una partícula de infinitesimal tamaño, lo cual va a recorrer en el espacio una distancia entre dos puntos equidistantes un metro y empleando un segundo de tiempo en realizarlo. Si dicha partícula recorre el trayecto en línea recta, se cumplirá el mismo con el menor trabajo posible. Si dicha partícula se desplaza en forma sinuosa u oscilante, es decir por encima y por debajo de la línea de mínimo recorrido, en este caso el camino recorrido es mayor que en el anterior y como lo ha realizado en el mismo tiempo, ha debido desarrollar mayor trabajo. Podemos hacer que esta misma partícula infinitesimal (que puede ser una carga energética, ya que existe equivalencia entre materia y energía) recorre la misma distancia y en el mismo tiempo, pero aumentando la cantidad de oscilaciones respecto a la línea central. Se extrae como conclusión que, cuanto mayor sea el número de oscilaciones que realice la partícula para cumplir la misma distancia en el mismo tiempo, mayor será el trabajo desarrollado o lo que es los mismo, mayor será la energía puesta en juego. Da lo mismo hablar de oscilaciones o vibraciones, pues son términos equivalentes. En sus desplazamientos esta partícula o carga infinitesimal, transitando de un punto hacia el otro, va realizando una oscilación, aunque sea por el solo hecho de rozar el aire, o calentarlo por su desplazamiento, o producir un sonido.
Se puede provocar que esta partícula oscile millones, billones o trillones de veces por segundo.
Einstein concreta la ecuación que liga o relaciona la materia con la energía (E=m.c2); (E=energía; m=masa; c=velocidad de la luz). La interpretación de esta fórmula es que la energía contenida en una determinada porción de materia es igual a su masa multiplicada por el cuadrado de la velocidad de la luz.
Recordemos que la velocidad de la luz es de 300.000 Km. por segundo y que la electricidad tiene la misma velocidad.
Aunque la masa sea muy pequeña, se la multiplica por un número tan grande que la energía, que es capaz de liberar esa masa es inmensamente enorme.
Un ejemplo de esta extracción y liberación de energía se tiene en el campo atómico, donde la liberación de energía se logra no extrayendo las partículas que están en la periferia del átomo, sino sacando las partículas que están directamente en el centro.
Por otro lado, Max Planck, establece que todo este movimiento de oscilaciones que se estuvo considerando, puede ser relacionado por medio de una formula, partiendo de esa infinitesimal partícula. En realidad se ha estado exponiendo en forma conceptual la teoría cuántica.
Planck establece el valor infinitesimal de carga energética, el mínimo concebible, y denomina a ese valor " CUANTO DE ENERGÍA" o "CUANTO"; y que la energía que se libera o pone en juego, tiene estrecha o directa relación con la frecuencia de la oscilación, o movimiento vibratorio de tal carga cuántica.
Siendo la ecuación; E=h.f (E= energía cuántica manifestada; h= valor del infinitesimal o constante de Planck; f= frecuencia de la oscilación con que se desplaza dicho cuanto ).
En determinar el valor de esa constante, que corresponde precisamente a la mínima porción de energía concebible, radica la importante labor de Planck.
La constante de Planck es: h= 6,388. 10 (a la -27) ergio. segundo.
Reemplacemos este cuanto de acción en lugar de la partícula infinitesimal y hagámosla viajar, no a razón de 1 metro segundo, sino a la velocidad de la luz, y con el valor de oscilación o frecuencia de miles o millones de ciclos por segundo. Esto nos dará una idea de que, si bien la constante de Planck o cuanto de acción "h" es un valor muy pequeño, puede llegar a desarrollar una energía extraordinaria.
Para relacionar el "cuanto de acción", se debe multiplicar todas las cargas cuánticas que pueda poseer un cierto trozo de materia.
La energía es siempre la misma y única que, con diversos valores de frecuencia, produce efectos conocidos como: radioondas, microondas, espectros visibles de colores, infrarrojos, ultravioletas, rayos x, rayos gamma, rayos cósmicos, o sea que es siempre la misma partícula elemental o "cuanto de acción", oscilando a distintos valores.
La realidad cuántica desafía los conceptos del sentido común. Por ejemplo, en ella no hay materia sólida. Antes se consideraba que el átomo era la partícula más pequeña de materia de toda la creación y por lo tanto no era posible su "división". Sin embargo, visto de cerca, el átomo está compuesto de partículas de materia aún más diminutos que giran a una velocidad deslumbrante alrededor de un espacio vacío, tan vacío que rivaliza con el abismo del espacio intergaláctico, el intervalo entre dos electrones es proporcionalmente más grande que el existente entre la tierra y el sol.
Si enfocamos estas pequeñas partículas de materia subatómica descubrimos que no son materiales en absoluto, sino meras vibraciones de energía que han tomado cierto aspecto de solidez. Este descubrimiento de que la materia es una fluctuación de la energía con diferente disfraz; impulso la revolución cuántica encabezada por Einstein y sus colegas a principio de siglo.
En vez de confiar en partículas sólidas que se movían como bolas de billar en una mesa, los físicos se encontraron frente a fantasmales vibraciones que parecían substanciales ahora y abstractas un momento después.
La revolución cuántica produjo un inevitable cambio en nuestra visión del mundo. La física cuántica demostró que la infinita variedad de objetos que vemos a nuestro alrededor, esta conectada por infinitos, eternos, ilimitados campos sutiles de energía, generando cuantos de energía.
Descubrir este plano cuántico de la naturaleza ha tenido sus aplicaciones prácticas y de uso diario, brindando un sin número de beneficios para la humanidad, LOS RAYOS X, LOS TRANSISTORES, EL RAYO LÁSER, MICROONDAS, TELEFONÍA CELULAR, RESONANCIA MAGNÉTICA NUCLEAR, TOMOGRAFÍA AXIAL COMPUTADA. Elementos que eran inconcebibles antes de que la ciencia profundizará más en la trama de la creación, y particularmente donde la mente del ser humano indagará sobre las posibilidades que la ciencia nos brinda día a día.
Ahora creemos que existe un solo super campo, llamado el campo unificado, esta es la realidad ultima que yace en toda la naturaleza, toda la multiplicidad de la naturaleza se une en este único campo energético que todo lo abarca. Puesto que nosotros también integramos esa naturaleza, debemos y somos parte integrante de este campo unificado, está en nosotros y a nuestro alrededor, en todo momento. Sin duda se trata de un profundo cambio de conciencia, de actitudes, donde la ciencia no solamente nos puede ofrecer cuentas matemáticas, sino donde la mente capta una verdad nueva y profunda, y es tan solo que el ser humano no es solo un paquete de carne, huesos y sangre circulando sin ton ni son en el tiempo y en el espacio. Si nos volvemos hacia la física, descubrimos el mundo de nuestros sentidos, nos daremos cuenta que los electrones, los Quartz y todas las otras partículas elementales parecen estar localizadas en el tiempo y en el espacio.
Pero una vez que nos aventuramos más allá del umbral cuántico, cada partícula es la punta de una gran madeja que se extiende infinitamente en todas direcciones, a través del espacio-tiempo.
La energía de la radiación calórica no es emitida continuamente sino que aparece en forma de "paquetes de energía".
Einstein llamo a estos "paquetes de energía" "CUANTOS" y lo reconoció como un aspecto fundamental de la naturaleza.
La luz y cualquier otra forma de radiación electromagnética, puede aparecer no solo como ondas electromagnéticas sino también en la forma de estos cuantos de energía.
Los cuantos de luz que dieron nombre a la teoría cuántica son auténticas partículas de una clase especial sin masa y siempre viajando a la velocidad de la luz.
La teoría cuántica ha demostrado que todas las propiedades de los átomos surgen de la naturaleza de onda de sus electrones.
El aspecto sólido de la materia es la consecuencia de un típico "efecto cuántico" relacionado con el aspecto dual de la materia-onda-partícula, un rasgo del mundo subatómico que no tiene ningún rasgo macroscópico.
Los átomos consisten casi por completo en espacio vacío en lo que a distribución de la masa se refiere.
La interacción entre electrones y los núcleos atómicos es por tanto la base de todos los sólidos, líquidos, gaseosos y también de todos los organismos vivos y de los procesos biológicos asociados con ellos.
La teoría cuántica nos fuerza a ver el universo, no como una colección de objetos físicos, sino más como una complicada telaraña de relaciones entre las diversas partes de un todo unificado.
A nivel atómico la materia tiene un aspecto dual: Aparece como partículas y como ondas,
El aspecto que muestre depende de la situación a la que es sometida. En alguna situación es dominante el aspecto de partículas, en otras las partículas se comportan más como ondas y esta naturaleza dual también se manifiesta por la luz y todas las demás radiaciones electromagnéticas.
La luz por ejemplo es emitida y absorbida en forma de "cuantos" pero cuando estas partículas de luz viajan a través del espacio aparecen como campos eléctricos y magnéticos vibrantes que muestran todas las características de comportamiento de las ondas.
Los electrones se les considera normalmente partículas y, sin embargo, cuando un rayo de estas partículas es enviado a través de una pequeña hendidura es refractado exactamente del mismo modo que un rayo de luz. En otras palabras, que los electrones se comportan como ondas.
Una onda es un patrón vibracional en el tiempo y el espacio. Nosotros podemos mirarlo en un instante determinado de tiempo y después veremos un patrón periódico en el espacio. Este patrón es caracterizado por una amplitud (la extensión de la vibración a la que es sometido), y una longitud de onda (la distancia entre dos crestas sucesivas).
Según la teoría cuántica la materia nunca esta inactiva sino siempre su estado es en movimiento.
En el sentido microscópico, los objetos materiales que nos rodean, pueden aparecer pasivos e inertes, pero cuando aumentamos un trozo de piedra o metal, comprobamos su estado de movimiento y actividad.
Todos los objetos materiales de nuestro entorno están hechos de átomos que se unen con otros de varias formas para formar una enorme variedad de estructuras moleculares que no están rígidas e inmóviles, sino que oscilan de acuerdo a su temperatura y en armonía con la vibraciones terrenales de su entorno. Los campos vibratorios eléctricos y magnéticos pueden viajar a través del espacio en forma de ondas de radio, ondas de luz, u otra clase de radiaciones electromagnéticas.
Dado que los cuantos son también ondas electromagnéticas, y puesto que estas ondas son campos en vibración, los cuantos deben ser y son manifestaciones de campos electromagnéticos. De ahí el concepto de un campo de energía Cuántico, es decir, de un campo que pueda tomar la forma de cuantos o partículas. Este es verdaderamente un concepto completamente nuevo que ha sido aplicado para describir todas la partículas subatómicas y sus interacciones correspondiendo cada tipo de partículas a un campo diferente.
En estas teorías revolucionarias para los conceptos más primitivos quedan en contraste con lo clásico entre las partículas sólidas y el espacio que los rodea quedando completamente expuestas y vencidas.
Los campos de generación de cuantos de energía es considerado como la física fundamental, un continuo medio que está presente en todas partes del espacio, donde las partículas son meramente condensaciones del campo con concentraciones de energía que va y viene, por esta razón perdiendo su carácter individual y disolviéndose en el campo fundamental.
Podemos por lo tanto considerar la materia como estando constituida por las regiones de espacios en las cuales el campo generado es extremadamente intenso?, "NO HAY LUGAR EN ESTA NUEVA CLASE DE FÍSICA PARA EL CAMPO Y LA MATERIA, PORQUE EL CAMPO ES LA ÚNICA REALIDAD" Dr. ALBERT EINSTEIN (vale la pena recordar sus palabras y su absoluta realidad futurista donde hoy nos golpea en la cara con la tecnología).
La palabra cuanto proviene del latín QUANTUM y tiene como significado, cuanto; y describe la unidad más pequeña considerada partícula.
Un campo de energía cuántica tiene como condición producir en el espacio potencial una fuerza determinada.
Cada carga crea alteración o una condición en el espacio circundante, de manera que la otra carga cuando está presente siente una fuerza. Así nació la concepción de un universo lleno de campos que crean fuerzas mutuamente interjectivas. Einstein postulo que todas las formas de radiación electromagnética pueden aparecer no solo en formas de ondas sino también como cuantos de energía. Estos cuantos luminosos o también paquetes de energía han sido aceptados como partículas auténticas.
Llegado a este punto, una partícula que es la verdadera definición no es otra que un paquete de energía.
Las interacciones de las partículas originan las estructuras estables que componen el mundo material, que no permanecen estáticas, sino que por el contrario oscilan en movimientos rítmicos. Todo el universo esta pues, engranado dentro de un movimiento y actividad sin fin, en una continua danza cósmica de energía. Esta danza implica una enorme variedad de patrones, pero de forma sorprendente caen dentro de unas pocas diferencias categorías. El estudio de las partículas subatómicas y sus interacciones revela una buena dosis de orden.
Todos los átomos y consecuentemente todas las formas de materia de nuestro medio ambiente, están compuestas solo de tres partículas sólidas: protón, neutrón, electrón. Una cuarta partícula, el fotón no tiene masa y representa la unidad de radiación electromagnética. El protón, el electrón y el fotón son todas partículas estables, quiere decir que viven por siempre a menos que se vean implicados en un estado de colisión.
El neutrón, por el contrario, puede desintegrarse espontáneamente. Las interacciones electromagnéticas tienen lugar entre todas las partículas cargadas. Son responsables de los procesos químicos y de la formación de todas las estructuras atómicas y moleculares.
El sonido es una onda con una cierta frecuencia que cambia. Los átomos son también ondas con frecuencias proporcionales a sus energías. Según la teoría de campo, cada partícula realmente " canta perpetuamente su canción", produciendo patrones rítmicos de energía (las partículas virtuales) en " formas densas y sutiles ".
La física moderna a demostrado que el ritmo de la creación y de la destrucción no es solo manifiesto en la sucesión de las estaciones y en el nacimiento y la muerte de todas las criaturas vivas. Según la teoría de la energía cuántica todas las interacciones entre los componentes, de la materia tienen lugar a través de la inserción y absorción de las partículas virtuales.
Más que eso aun la danza de la creación y la destrucción es la base de la existencia misma de la materia, dado que todas las partículas materiales " auto interactúan " emitiendo y absorbiendo partículas virtuales.
La física moderna ha relevado, por lo tanto, que toda partícula subatómica es una danza de energía, un proceso pulsante de creación y destrucción.
El mundo subatómico es un mundo de ritmo, movimiento y continuo cambio. No es, sin embargo, arbitrario y caótico, sino que sigue patrones muy claros y definidos. Todas las partículas de una especie dada son idénticas, tiene exactamente la misma masa, la misma carga eléctrica y otras propiedades características.
La electrodinámica cuántica, debe su éxito a que las interacciones electromagnéticas son muy débiles y por eso hacen posible mantener la clásica distinción entre la materia y las fuerzas de interacción a un grado muy elevado.
Lo mismo sucede con las teorías de campo que tratan con las interacciones débiles.
La física nos informa que la trama básica de la naturaleza se encuentra en el plano cuántico, mucho más allá de los átomos y las moléculas.
Un quantum o cuanto definido como unidad básica de la materia y de la energía es entre 10 y 100 millones de veces más pequeño que el más minúsculo de los átomos. En este plano, materia y energía se tornan intercambiables. Todos los cuantos están compuestos por vibraciones invisibles (espectros de energía) que esperan el momento de adquirir forma física. Vale lo mismo para el cuerpo humano, primero toma forma de vibraciones intensas pero invisibles, llamadas fluctuaciones cuánticas, antes de proceder a unirse en impulsos de energías y partículas de materia.
El cuerpo humano mecánico cuántico, es la base de todo lo que somos, pensamientos, emociones, proteínas, células, órganos, sistemas, cualquier parte visible e invisible de nuestra persona. Al tratar al cuerpo mecánico subyacente se pueden provocar cambios que exceden ampliamente el alcance de la medicina tradicional. Esto se debe a que el poder disponible en el plano cuántico es infinitamente mayor que el hallado en niveles más tradicionales. Lo que opera aquí es el principio cuántico y eso revela que los planos más sutiles de la naturaleza contienen la mayor energía potencial.
Sin embargo, en el nivel cuántico no hay una sola parte del cuerpo que pueda vivir separada del resto.
Un depósito de colesterol en una arteria puede parecer sólido, pero en su interior la placa es algo vivo y cambiante, igual que el resto del cuerpo. Hay nuevas moléculas de grasa que entran y salen, nuevos capilares que se desarrollan para llevar el oxígeno faltante y el alimento vital.
Todos estamos edificando un cuerpo nuevo constantemente, la fuerza básica que subyace a toda la naturaleza es la inteligencia. El ajuste increíblemente exacto de las cosas que componen nuestro mundo, la existencia de ADN es un argumento a favor de la infinita cantidad de inteligencia de la naturaleza.
Al tratar el cuerpo mecánico cuántico subyacente se pueden provocar en la ciencia contemporánea la súbita aparición en escena de los modelos que toman en cuenta la inteligencia como fuerza vital del universo.
Nos interesa todo esto debido a que el sistema, es tan solo el medio eficaz para ingresar a un plano cuántico de cada una de nuestras células. Todos tendemos a ver nuestros cuerpos como estructuras congeladas, objetos materiales sólidos y fijos cuando en realidad son más parecidos a modelos de inteligencia fluidos y en constante cambio. En pocos días nuestra pared estomacal esta recuperadas, la piel se renueva al cabo de semanas, el esqueleto que parece tan sólido y rígido se renueva en meses.
En total, el flujo de oxígeno, carbono, hidrógeno, y nitrógeno es tan veloz que uno podría renovarse en semanas, solo los átomos de hierro, magnesio y cobre más pesados demoran este proceso.
Uno parece ser el mismo por fuera, sin embargo, es como un edificio cuyos ladrillos fueran continuamente desplazados por otros. De año a año el 98% de la cantidad de átomos de nuestro cuerpo son reemplazados, así han demostrado los estudios de radioisótopos realizados en los laboratorios de OAK RIDGE en California EE.UU.
El ideal de la salud perfecta depende del equilibrio perfecto. Cuanto comemos, decimos, pensamos, hacemos, vemos, y sentimos afecta a nuestro estado general de equilibrio.
Parecería imposible controlar al mismo tiempo estas influencias diferentes, sin embargo mediante la aplicación del sistema se pueden corregir gran parte de los desequilibrios que presenta la fisiología y evitar los que podrían aparecer en el futuro. La vida puede ser flexible y dinámica, y así seria si supiéramos manejar las fuerzas que operan dentro y alrededor nuestro. Si las fuerzas que están en nuestro interior se mantienen en armonía y en equilibrio con el medio circundante, podríamos a llegar a ser inmunes a la enfermedad.
En todos nosotros existe el impulso de crecer y progresar, este impulso gobierna automáticamente nuestro equilibrio total, se lo ve operar en todas la células, pero especialmente en el cerebro, que equilibra simultáneamente la temperatura del cuerpo, el ritmo metabólico, el hambre, la sed, el sueño, la química de la sangre, la respiración, la frecuencia cardiaca, y muchas otras funciones.
La enfermedad es el resultado de distorsiones en las medidas de las vibraciones cuánticas que mantiene el cuerpo en forma intacta.
Mediante la aplicación del sistema estas distorsiones son corregidas paulatinamente.
Ahora la medicina reconoce que la enfermedad puede originarse tanto en la mente como en el cuerpo, dado que el sistema trabaja en un nivel tan sutil del cuerpo puede corregir enfermedades como, ansiedad, fatiga, depresión, etc. El cuerpo mecánico cuántico es una red de inteligencia y sabiduría acumulada, no solo en el cerebro sino en otros 50 trillones de células que componen nuestro cuerpo humano, responden inmediatamente a nuestros pensamientos y emociones más leves provocando el constante fluir y cambiar de nuestra naturaleza, no está localizado en el espacio-tiempo, sino que es mucho más general, se extiende en todas direcciones, como un campo.
No podemos ver nuestro propio cuerpo cuántico, pues está compuesto por entero de leves vibraciones, fluctuaciones, pero podemos tener conciencia de el, en realidad nuestros sentidos están afinados con la parte cuántica cuya actividad es más básica que la materia y la energía. Gracias a la tecnología ahora es posible por una emisión de positrones obtener una imagen de una emoción o percepción fuerte, mientras el sujeto la está experimentando. Estas impresiones en las células con el transcurso del tiempo hacen que pierdan la capacidad de funcionar a la perfección.
Las conexiones de inteligencia se rompen como si se interrumpiera un circuito electrónico. La inteligencia total de las células se debilita y el resultado final es la enfermedad. El flujo de inteligencia que burbujea desde el cuerpo mecánico cuántico puede ser canalizado de incontables maneras para lograr resultados en el cuerpo físico. Puesto que este concepto resulta tan extraño en la realidad material, como en definitiva hemos o estamos todos, tomémonos un momento para analizar esta perspectiva. En el plano más profundo del mundo natural encontramos la energía cuántica.
Como en toda célula hay inteligencia, la mente, y el cuerpo se reúnen por doquier, no solo en el cerebro, en realidad la célula es un punto de reunión entre la materia y la conciencia, una estación en la que se cruzan el cuerpo mecánico cuántico y el mundo exterior. Sin embargo ciertos puntos de unión son más vitales que otros.
La esencia de la curación cuántica es que la memoria de la perfección no se pierde, solo queda oculta, los mensajes claros y saludables del cuerpo mecánico cuántico están sumamente distorsionados o no existen, como una distorsión de la naturaleza que existe en un plano muy profundo, en el plano cuántico todas esas influencias se fusionan y la memoria controla todas las opciones que elegimos como organismos biológicos.
A fin de que una célula modifique, debe consultar el diseño que tiene dentro de si, donde están acumulados todas las informaciones, funciones y recuerdos y tendencias.
Con las aplicaciones del sistema se reactiva el recuerdo que el sistema nervioso tiene del equilibrio, se estimula reiteradamente la memoria hasta que con el tiempo las células recuperan su estado de equilibrio normal, modificando sus receptores por un modelo normal.
Una vez reacomodadas las funciones celulares, estas automáticamente seleccionan las señales saludables, así como antes reconocían las distorsionadas. De esta manera se rompe el circuito que genero la enfermedad. Dado que en nuestro organismo hay un mecanismo corrector que puede ser activado simplemente permitiendo al paciente establecer el contacto con el. Una de las grandes ventajas del cuerpo mecánico cuántico es que no envejece, cualidad que se ve en todo el plano cuántico de la naturaleza. Los protones y los neutrones no avanzan en edad, tampoco la electricidad y la gravedad. La vida que está compuesta por estas partículas y fuerzas fundamentales, es asombrosamente durable, nuestro ADN permanece más o menos igual hace millones de años.
Por cierto las fuerzas que operan contra la supervivencia del ADN son inmensas, el desgaste físico, las mutaciones destructivas al azar, la invasión de microbios y por sobre todo la entropía, la tendencia del universo físico a perder impulso.
El ADN los sobrevivió a todos, si la inteligencia interior del ADN es tan poderosa, capaz de desafiar al tiempo y los elementos por milenios parecería que el envejecimiento y la enfermedad no fuera natural en absoluto.
Envejecer parece tan complejo que resulta difícil hasta determinar exactamente de que se trata. Una típica célula del hígado realiza 500 funciones con lo cual existen 500 formas distintas en que puede fallar. Sin embargo, podríamos decir que envejecer es la pérdida de la inteligencia celular, y la curación tal como la vemos es la capacidad de la inteligencia para repararse a sí misma. Envejecer por lo tanto es lo opuesto, olvidar gradualmente como recomponer lo que ha sido mal ejecutado.
Si estudiáramos las células de un recién nacido, las vemos llenas de vigor, sin las marcas del tiempo, si las pusiéramos en un microscopio junto con las de un anciano, el contraste es asombroso. Nos mostraría un tejido maltrecho y agotado, este drástico cambio es el resultado del desgaste, pero en contrapartida su ADN que es quien controla las funciones de esa célula está intacto, inmune e invulnerable. Los textos de biología nos dan la idea de que toda célula se divide una y otra vez hasta que se le agota el tiempo y entonces muere, pero esto es una visión drásticamente simplificada de la cosa.
Toda célula tiene experiencias, recuerda lo que le ocurre, es capaz de perder sus habilidades si se pierden o se dañan los eslabones de sus conocimientos innatos.
Para toda célula la diferencia entre la vida y la muerte estriba en sus memorias, pues no puede haber muerte celular mientras sus funciones actúen en orden y donde la renovación actúe sin fallas.
La ciencia hasta ahora nunca ha probado que el ADN tenga limitaciones en su capacidad de mantener una célula en perfectas condiciones de funcionamiento. Pero ese trabajo celular comienza a deteriorarse y comienzan a presentarse las irregularidades celulares.
¿Cómo se franquea el abismo entre una realidad, la inmortalidad del ADN y la frágil duración de la vida? En realidad ambas están muy próximas. No existe distancia física entre nosotros y nuestro ADN. Este abismo tiene existencia en el reino no físico del conocimiento. La edad cronológica es solo una medida del proceso de envejecimiento, en absoluto exacta, pues entre un cuerpo y otro existen amplias variaciones en los cambios que presentan con el tiempo. Hay una segunda medida llamada edad biológica, que mide la real tasa de envejecimiento de las células de una persona.
Las enfermedades más terribles, incluidas el cáncer, parecen arraigarse en la probabilidad de que el ADN cometa un error.
En condiciones normales ADN es auto corrector es decir: sabe cómo desmantelar el material genético aberrante, como anular los errores más drásticos, para preservar el delicado equilibrio de las funciones normales de la vida.
No solo la enfermedad crea la sensación de falta de base, el cuerpo en si no es un paquete estable de átomos y moléculas, sino un proceso, de miles de millones de cambios simultáneos que se coordinan entre sí.
El sistema cuántico o campo electromagnético, son campos infinitos u omnipresentes, sin ellos la realidad no podría existir.
Antes de que pueda haber un fotón de luz debe existir el campo de luz, antes que un neutrón individual, el campo de electricidad, antes que un imán aislado, el campo magnético de la tierra. Es preciso entender que el campo no es una cosa: es una abstracción con la que nosotros damos forma a las cosas. Todo el mundo de la materia, incluido nuestros cuerpos, está compuesta de átomos y de sus aún más pequeños componentes y las leyes que gobiernan esos diminutos pedazos de realidad básica se derraman sobre nuestra vida cotidiana. Un sencillo fotón o partícula de luz, afecta la sensibilidad del nervio óptico. El principio de incertidumbre que rige la conducta de los electrones desempeña un papel en la aparición de errores genéticos que contribuye a desarrollar los procesos de envejecimiento, ciertos tipos de cáncer, y se cree que el propio proceso evolutivo se halla también influenciado de manera parecida.
Según el "principio de incertidumbre", las descripciones del ser en ondas y partículas se excluyen la una a la otra.
Mientras ambas son necesarias para conseguir una comprensión completa de lo que es el ser, solo una de ellas está disponible en un momento dado. De la misma manera, podemos medir la posición exacta de algo, por ejemplo, un electrón cuando se manifiesta a sí mismo como partícula, o podemos medir su impulso (su velocidad) cuando se expresa en forma de onda, pero no podemos de ninguna manera conseguir una medida de ambos, exactamente al mismo tiempo. De manera parecida, la mayoría de los electrones y de otras entidades subatómicas no son ni partículas enteramente, ni enteramente ondas, sino más bien una confusa mezcla de las dos, conocidas bajo el nombre de " paquetes de ondas ".
Hace noventa años comenzaron a surgir los conceptos de la física cuántica y a la fecha sigue siendo un misterio total para la mayoría de las personas. A pesar de esto, después de haber entendido lo que significa el descubrimiento de los neuropéptidos, reside en habernos mostrado que el cuerpo tiene fluidez suficiente para equivocarse con la mente. Gracias a las moléculas mensajeras hoy puede verse que son compatibles situaciones de apariencia tan diferente como los pensamientos y funcionan como punto de transformación. Los cuantos hacen exactamente la misma cosa, solo que el cuerpo en cuestión es la naturaleza en su totalidad.
Es necesario referirnos a lo cuántico para comprender de verdad como es que la gente gira empleando las moléculas como pivote. Un neuropéptido surge de la existencia, en respuesta a un sentimiento, pero ¿de dónde surge?. El miedo como pensamiento y el compuesto neuroquímico en el que se convierte se hallan conectado de alguna manera mediante un proceso oculto, una transformación de la no materia en materia.
Sucede lo mismo, por doquier, en la naturaleza, excepto que a estos acontecimientos no les llamamos pensamientos.
Cuando llegamos al nivel de átomos, el paisaje no lo constituyen objetos sólidos que se mueven unos en derredor de otros, como comparsas de una danza, siguiendo pasos predecibles. Las partículas subatómicas se encuentran separadas por espacios gigantescos, debido a lo cual cada átomo está constituido, en un 99,99 %, de espacio vacío. Esta afirmación vale lo mismo para los átomos de hidrogeno suspendidos en el aire, que para los átomos de carbono contenidos en la madera con la cual están hechas las mesas y sillas de uso diario, y también para los átomos " sólidos" de nuestras células. En consecuencia, cualquier objeto sólido, incluyendo nuestros cuerpos, es proporcionalmente tan vacío como el espacio intergaláctico.
¿Cómo es posible que extensiones tan vastas de vacío, salpicadas a intervalos muy distantes por briznas de materia, se conviertan en seres humanos? Para responder apropiadamente esta pregunta es necesario adoptar la perspectiva cuántica. Cuando comprendemos la noción de cuanto penetramos en la realidad más vasta. Ocurre alguna transformación oculta que convierte algún pensamiento en una molécula. Esta transformación no consume ningún tiempo y no ocurre en ningún lugar, se efectúa por la mera presencia de un impulso en el sistema nervioso. El pensamiento simplemente aparece, repentinamente se localiza en el tiempo y en el espacio, y junto con él, todas las células del cerebro cambian en sincronía.
El área toda en que se encuentra no es una región que pueda visitarse en el espacio y en el tiempo, simplemente es una representación de lo que ocurre cuando convertimos los pensamientos en moléculas. También podríamos imaginar que se trata de un cuarto de control que correlaciona cualquier impulso mental con el cuerpo. En cualquier instante dado quince mil millones de neuronas que existen en el sistema nervioso están siendo coordinadas con una precisión perfecta. Cuando nació la física cuántica ocurrió el mismo cambio: de causas rectilíneas a desviaciones en forma de U. Si bien conforme a la teoría Newtoniana clásica, todos los fenómenos de la naturaleza debían ocurrir sobre la mesa (obviamente, los físicos excluyen los acontecimientos mentales), había ciertas cosas que resultan inexplicables sin una desviación. La más obvia de ellas es la luz.
La luz puede comportarse como onda o como partícula. Ambos comportamientos distintos en la física Newtoniana, ya que las ondas son inmateriales, mientras que las partículas son concretas. Sin embargo, de alguna manera la luz puede actuar de una u otra forma, dependiendo de las circunstancias.
Puesto que nuestra intención no es explicar física en este momento, no ahondaremos más sobre este tema.
Basta saber que después de Einstein cuando otro físico premio Novel Max Planck y otros pioneros de la física de principios de siglo pudieron demostrar la naturaleza cuántica de la luz, se produjeron muchísimas conclusiones curiosas.
Muchas situaciones que damos por descontadas en el mundo de los sentidos no parecían encajar en las extrañas distorsiones del espacio y del tiempo, aunque al final se logro la reconciliación entre ellas. Igual ocurrido con los neuropéptidos, los cuantos permitieron que la naturaleza se hiciera lo bastante flexible para dar lugar a la transformación inexplicable de la no materia en materia, del tiempo en espacio y de la masa en energía.
He aquí el patrón de los eventos cuánticos básicos, el cual muestra la desviación que siempre ocurre fuera del alcance de los acontecimientos ordinarios.
Como descubriremos la inteligencia presenta muchas propiedades cuánticas. Para aclarar esto comenzaremos con el esquema familiar de los libros de texto, que disponen el cuerpo en un sentido vertical, como una jerarquía de sistemas, órganos, tejidos y células:
• SISTEMA
• ÓRGANO
• TEJIDO
• CÉLULA
• ADN
Según esta representación cada nivel del cuerpo se relaciona lógicamente con el siguiente, y mientras nos mantengamos por encima de la línea, los procesos que aparecen conformes desarrollan la vida suceden en una secuencia determinada. Igual que en todos los acontecimientos cuánticos, algo inexplicable sucede bajo la superficie para formar la inteligencia omnisciente del ADN.
No estamos hablando de que esto sea demasiado complejo para poder entenderlo, como si fuera una especie de molécula super genial.
Lo que hace que el ADN sea misterioso es que vive justo en el punto de transformación, exactamente como el cuánto.
Pasa toda su vida creando más vida. El ADN transfiere mensajes continuamente, desde el mundo cuántico al nuestro, anudando nuevos fragmentos de inteligencia con fragmentos nuevos de materia.
El ADN que yace en el centro de cada célula, completamente tras bambalinas, es capaz de orquestar todo lo que sucede en el escenario.
Puede desprender partes de sí mismo para que viajen a lo largo del torrente circulatorio como neuropéptidos, hormonas y enzimas, y al misma tiempo pega otros fragmentos de sí mismo a la pared celular, en forma de receptores, con lo cual establece las antenas necesarias para escuchar las respuestas de una multitud de preguntas. ¿Como logra el ADN ser al mismo tiempo la pregunta, la respuesta y el observador silencioso de todo proceso ?.
No podremos encontrar la respuesta al nivel de la materia. Hace mucho los biólogos moleculares lograron desmenuzar el ADN sus componentes más finos, pero toda esta operación sigue quedando por encima de la línea del mundo Newtoniano.
• ADN
• SUBMOLECULAS ORGÁNICAS
• ÁTOMOS
• PARTÍCULAS SUBATOMICAS
Como vimos antes no hay nada especial en los constituyentes del ADN. Sus hebras de material genético se pueden subdividir en moléculas más simples, como azucares y aminas, y estas, a su vez, en átomos de carbono, hidrogeno y oxígeno, y así sucesivamente. Cuando un átomo de hidrogeno o de carbono se encuentra asociado con una molécula de ADN no posee nada que podamos llamar sincronización. El hidrogeno y el carbono simplemente existen en miles de millones de otras combinaciones, y aun así al formar parte del ADN contribuyen a un dominio sobre el tiempo, a una capacidad de producir algo nuevo cada día, algo perdurable (alrededor de setenta años en el caso del ser humano) y cada etapa de la vida se desarrolla conforme al itinerario del ADN.
Cuando vamos más allá de los átomos y comenzamos a subdividir el ADN en electrones, protones y partículas más pequeñas, debe ocurrir un acontecimiento cuántico.
De otro modo nos encontraremos en la embarazosa posición de afirmar que la vida está hecha de nada (de espacio vacío exento de materia y energía), que es lo único que obtendremos si dividimos las partículas más allá de cierto punto.
Al nivel cuántico, la materia y la energía cobran existencia a partir de algo que no es materia ni es energía. Algunas veces los físicos se refieren a este estado primordial como una singularidad, un ente abstracto que no está limitado ni en tiempo, ni en espacio, sino que es una comprensión de todas las dimensiones expandidas del universo.
En el momento del estallido cósmico (Big Bang), el universo entero salto de una singularidad, según las últimas teorías, que por analogía podemos imaginar como un punto más pequeño que la más pequeña de las cosas existentes. Llegamos aquí a un punto muy emocionante. Hoy día es muy posible explorar la singularidad: no existía antes del estallido cósmico, puesto que se encuentra fuera del tiempo y del espacio, y en consecuencia debe encontrarse aquí y ahora.
La física cuántica actual emplea gigantescos aceleradores de partículas y otros extraños aparatos para desentrañar tan solo un fugaz vistazo de la zona "?". Se considera un gran descubrimiento la huella que deja una partícula elemental cuando pasa veloz durante un millonésimo de segundo, porque significa que ha alcanzado la zona desconocida y que una pequeñísima porción de su realidad ha sido traída a la nuestra.
¿Será posible que estemos haciendo la misma cosa por el mero hecho de pensar, soñar y desear? Tendría que ser simplemente una extensión lógica de algo que para estas alturas nos es muy familiar, el neuropéptido.
La gran capacidad de este estriba en que puede responder con la velocidad de un rayo a las órdenes de la mente.
A la fecha, la ciencia ha descubierto que existen cientos de neuropéptidos y que son producidos por todo el cuerpo. Solo nos falta un paso para descubrir que cada una de nuestras células pueden producir todas estas sustancias. Si esto resulta cierto, entonces todo el cuerpo es un cuerpo "pensante", es decir, la creación y expresión de inteligencia.
Como ya sabemos, la inteligencia puede adoptar la forma de un pensamiento o de una molécula, la inteligencia puede elegir entre "mente" y "cuerpo". Ambas opciones siempre están vinculadas entre sí, aun cuando se manifiestan por separado. Para coordinarlas hemos denominado un nivel cuántico llamado “cuerpo mecánico cuántico ". No se trata de un artefacto físico, sino de un estrato de inteligencia, el estrato en que el cuerpo concebido como un todo se organiza y se correlaciona. De aquí procede el saber practico que permite que las moléculas sean " inteligentes " en vez de ser inertes.
No tenemos por qué suponer que los pensamientos se convierten en compuestos químicos mensajeros, uno por uno.
Es bien sabido que en muchos aspectos los miles de millones de fragmentos de ADN de nuestros sistemas actúan como si se tratara de una sola molécula de él, como cuando se coordina en el útero de la madre el desarrollo, increíblemente complejo, de un feto: desde el primer día hasta el noveno mes, todo el ADN del niño que va a nacer actúa como una sola entidad. Esto mismo es cierto respecto a nosotros el día de hoy.
Cada vez que una situación mental necesita encontrar su contraparte física, lo hace a través del cuerpo humano mecánico cuántico.
He aquí el secreto de como los dos universos (mente y materia) se asocian entre sí sin cometer ninguna equivocación. No importa cuán diferentes parezcan, la mente y el cuerpo están cubiertos por la inteligencia.
No obstante, si no existiera nada fuera de la realidad ordinaria que cohesiona las cosas y los acontecimientos, nos veríamos forzados a aceptar un conjunto de imposibilidades.
La luz, las ondas de radio, los rayos láser, y todas las demás fuerzas electromagnéticas viajan a través del espacio vacío, parece ser que la materia y la antimateria existiesen en universos coordinados, entre los cuales no hay ningún contacto físico, las partículas subatómicas tienen Espinas que se coordinan entre sí, sin importar cuan distantes, en el tiempo y en el espacio, se encuentren dichas partículas: sus Espinas se pueden coordinar incluso en los extremos opuestos del universo. Lo que esto implica que la noción de realidad local que proviene del sentido común solo es verdadera a cierto nivel. La realidad total, la que explica la física cuántica, existe en un nivel más profundo. Según una famosa fórmula matemática, conocida como " teorema de Bell " (en honor a su autor, el físico Irlandés John Bell ), la realidad del universo debe ser no local, en otras palabras, todos los objetos y acontecimientos del cosmos se hallan interconectados entre si, y unos responden a los cambios, de estados de otros.
El teorema de Bell se formuló en 1964 pero varias décadas antes el gran astrónomo Ingles Sir. Arthur Eddington, había previsto esta interconexión al decir " Cuando vibra el electrón el universo tiembla ". Hoy en día los físicos aceptan que esta interconexión, junto con muchas formas de simetría que se extienden a lo largo del universo, constituyen los principios fundamentales. Por ejemplo, se han formulado razonamientos teóricos según los cuales a cada hoyo negro puede corresponder, en alguna parte un hoyo blanco, aunque hasta la fecha no hayan sido observados. Algunos físicos teóricos contemporáneos, tales como el británico David Bhorn, quien ha trabajado ampliamente sobre las implicaciones del teorema de Bell, se han visto obligados a postular que existe "un campo invisible " que mantiene unida a la realidad en su conjunto, un campo que posee la propiedad de saber lo que está ocurriendo en todas partes al mismo tiempo.
En este caso invisible no se refiere exclusivamente a lo que sea invisible para los ojos humanos, sino indetectable para cualquier instrumento de medición, incluso sin ahondar en estas especulaciones, podemos ver que este campo invisible guarda un gran parecido con la inteligencia básica del ADN y que ambos se comportan de una manera similar a la mente. Esta tiene la propiedad de mantener en su sitio todas nuestras ideas, en un receptáculo silencioso, por así decir, donde se organizan con precisión para formar los conceptos y categorías. Es posible que, sin llamar a nuestras observaciones "pensamientos" estemos contemplando como piensa la naturaleza a través de muchos canales diferentes, de los cuales nuestras mentes son de lo más privilegiados, ya que pueden crear su propia realidad cuántica, y experimentarla al mismo tiempo. Puede parecernos completamente objetivo el hecho de atestiguar un acontecimiento cuántico en el campo de las ondas lumínicas, pero
¿Qué sucedería si la realidad cuántica estuviera igualmente presente en nuestros pensamientos, emociones y deseos?
que la inteligencia es sencilla, las complicaciones sólo surgen cuando tratamos de desentrañar la maquinaria compleja del sistema mente-cuerpo. Los patrones de ondas cerebrales registrados en el electroencefalograma de una persona psicopática se ven iguales a los de un poeta, sin importar cuan elaborado sea el análisis que hagamos de ellos.
Nuestra fisiología entera se puede transformar con la misma rapidez que un neuropéptido, el cual es parte integral del cuerpo mecánico cuántico. La característica fluidez de la vida nos resulta natural porque podemos cambiar como el mercurio. El cuerpo es un río de átomos, la mente es un río de pensamientos, y lo que los une es el océano de inteligencia.
Podría pensarse que el cuerpo mecánico cuántico solo participa en situaciones de vida o muerte, pero este no es el caso. Vivimos en el, despreocupadamente y sin pensarlo, de igual modo que vivimos en el cuerpo como un todo.
Los primeros anatomistas pudieron observar los nervios principales ya en el siglo XVl, pero el sistema nervioso guardaba un secreto ¿Quiénes eran los emisarios que llevaban los mensajes que partían del cerebro o que llegaban a él?
La mayoría de las personas siguen pensando que los nervios funcionan eléctricamente, como un sistema telegráfico, hasta hace unos años eso era lo que afirmaban los textos de medicina. Sin embargo, en la década de los setenta comenzó una nueva clase de diminutos compuestos químicos llamados neurotransmisores. Como su nombre lo indica, estos compuestos químicos transmiten los impulsos nerviosos, actúan en nuestros cuerpos como " moléculas comunicadoras ", mediante las cuales las neuronas del cerebro pueden hablar, cambiar de información, con el resto del cuerpo en su totalidad y viceversa ".
Los neurotransmisores son los mensajeros que marchan al cerebro y de este al resto del cuerpo, para comunicarse con cada uno de los órganos. Asimismo, nada de ellos es estrictamente mental, ya que pueden codificarse en forma de mensajes químicos. Los neurotransmisores tocan, invaden la vida misma de cada una de nuestras células. A donde quiere que desee ir un pensamiento, es necesario que estos compuestos químicos vayan también, y sin ellos no pueden existir los pensamientos.
Para los biólogos que estudian las células significo una tremenda sorpresa el hecho de que, en cuanto moléculas, los neurotransmisores, no son nada especiales. Todas las proteínas de nuestro cuerpo se construyen a partir de cadenas de veinte aminoácidos básicos, y con estas cadenas se pueden formar fibras aún más largas, llamadas péptidos. Los neuropéptidos tienen su propia forma que los distingue de cualquier cadena de péptidos dentro del cuerpo, pero estos son construidos en la misma fabrica que los demás, a saber, nuestro ADN. Esta es la fuente de todas las proteínas que reparan las células, que construyen otras nuevas, que reemplazan zonas faltantes o deterioradas, que curan nuestras heridas y así sucesivamente.
El ADN ha encontrado nuevas aplicaciones para sus materias primas familiares, las aminas, los aminoácidos, y péptidos, sin molestarse en inventar una nueva clase de compuestos químicos. Una vez más lo único que es crucial es la habilidad para elaborar estas sustancias. No hay nada espacial en estas moléculas mismas aun cuando pueda ser algo espacial para la ciencia, el hecho de que las haya descubierto un biólogo molecular. ¿Entonces donde se origina esta capacidad para elaborar neurotransmisores ?. Quizás buscar las respuestas en las contribuciones de la mente. Después de todo en realidad no es la molécula de adrenalina lo que hace que uno sienta miedo. La maravilla es que estos compuestos " inteligentes ", no solo se fabrican en el cerebro, cuya función es pensar, sino también en el sistema inmunológico, cuya misión principal es protegernos de las enfermedades.
Esta es la base para afirmar que la inteligencia fluye por nuestro cuerpo.
Hace poco los neuro investigadores descubrieron una forma de fotografía, en tres dimensiones, las huellas de los pensamientos, como en un holograma.
Al observar cómo se mueven estas moléculas señalizadas, mientras el cerebro piensa, los científicos pudieron comprobar que cada una de las situaciones que ocurren en el universo de la mente (una sensación dolorosa, o un recuerdo intenso, por ejemplo) desencadena un nuevo patrón químico en el cerebro, no solo en un sitio, sino en varios. Las imágenes se ven distintas en cada pensamiento, y es indudable de que si la imagen pudiera hacerse de cuerpo entero veríamos cambios simultáneos en todo el organismo, gracias a las cascadas de neurotransmisores y otras moléculas mensajeras relacionadas con ellos.
Los últimos descubrimientos de la neurobiología refuerzan aún más la afirmación de que la mente y el cuerpo son universos paralelos. Cuando los investigadores profundizaron y fueron más allá del sistema nervioso y más allá del sistema inmunitario, comenzaron a descubrir que los mismos neuropéptidos y receptores que funcionan en aquellos existen en otros órganos: en los intestinos, los riñones, el estómago, y el corazón. Todo parece indicar que serán descubiertos en otras partes también. Esto significa que nuestros riñones pueden " pensar " en el sentido que produce neuropéptidos idénticos a los que se encuentran en el cerebro. Estos sitios receptores, no son meros puntos pegajosos, son preguntas que esperan una respuesta, formulada en el lenguaje de la química universal.
Así pues podemos concluir que la mente no se halla confinada en el cerebro mediante alguna división nítida establecida para nuestra propia convivencia. La mente se proyecta a todas partes del espacio interno.
Cada vez resulta más claro de que la mente y el cuerpo son asombrosamente parecidos. Hoy se sabe que la insulina, una hormona que ha sido siempre relacionada con el páncreas, también se produce en el cerebro, asimismo, ciertos compuestos químicos cerebrales como el transferon y el CCK se producen en el estómago.
Al nivel del neuropéptido todo esta interconectado por lo tanto no se puede separar por áreas.
Nuestro concepto de inteligencia ha sido enormemente ampliado gracias al descubrimiento de los neurotransmisores, los nueropéptidos y las moléculas mensajeras de todo tipo. No obstante si cada célula dispone de un número limitado de mensajes que puede enviar y recibir, también queda claro que una pequeña fracción de estos se activa en un momento dado.
Resonancia mecánica en los organismos y fundamentos del sistema. acción terapéutica
Al analizar los circuitos extra Sectores que posee el ser humano, se tiene que todas las percepciones sensoriales van a traducirse en la última instancia como sensaciones en el cerebro, y los órganos de los sentidos son simplemente traductores primarios, es decir transformadores de las energías externas en impulsos eléctricos. De ello se tiene entonces que no es el ojo el que " ve ", ni el oído el que " Oye ", ni la nariz la que " huele ", sino que el cerebro el que ve, hoye, huele, etc. Toda sensación externa pasa a ser apreciada por el cerebro en términos de corriente o impulsos eléctricos.
Estructuralmente el organismo puede ser considerado como un compuesto de partes o elementos mecánicos resonantes. La condición de resonancia o de máxima vibración en cada órgano o parte está en relación con su forma específica, tamaño y constitución, es decir, con su morfología e histología.
Por medio de un estímulo adecuado y de la frecuencia concordante puede obtenerse entonces la singular resonancia de un órgano, y por la aplicación de estímulos sucesivos o contemporáneos, puede con el mismo criterio en el modo que interese y en el orden que convenga, la resonancia de distintas partes obtenidas siempre sobre la base de los debidos elementos estimulantes o efectores, operantes con la oportuna intensidad, frecuencia, fase y secuencia.
Establecido este concepto, cualquier disfunción o alteración orgánica sea cual fuere su etiología, comporta consecuentemente una alteración en la condición de resonancia del o de los órganos o zonas respectivas.
El sistema nervioso es en realidad un vasto y complejo sistema de mensajes, y transporta corriente eléctrica en forma de ondas o impulsos de muy variadas formas y frecuencias. Se trata pues de un complicadísimo conjunto de circuitos bioeléctricos y cibernéticos a través de los cuales se transmiten las ordenes voluntarias de acciones y movimientos, se reciben las percepciones exteriores, y se producen los comandos de ciertas funciones automáticas (movimiento del corazón, de los pulmones, peristálticos, etc. ).
La tensión o potencial eléctrico que alimenta todo el sistema nervioso es sumamente pequeño: 0.1 vatio (la décima parte de un voltio). Este valor entre otras cosas, y la complejidad de los circuitos bioeléctricos y cibernéticos humanos, torna particularmente difícil ciertas mediciones con los instrumentos científicos.
Puede establecerse sobre las bases de las leyes físicas expuestas que en todo organismo humano vivo, se tiene un cuerpo electromagnético resultante de la circulación de corrientes por la red nerviosa.
El medio de manifestación de ese cuerpo electromagnético, es el éter (se desprende esto según lo expuesto anteriormente que el éter lo interpreta todo).
Se destaca que la velocidad con que se propagan las corrientes en el sistema nervioso humano es variable, conforme a los circuitos y funciones; va desde menos de 1 metro por segundo hasta cerca de 100 metros por segundo, de acuerdo a varias fuentes científicas que han estudiado tales funciones.
Todo trabajo comporta una energía. Este trabajo puede ser tanto en la esfera física como en la esfera emocional, intelectual, y psíquica. Esta energía que representa la expresión de una carga liberada, realizando su trabajo determina efectos, y estos efectos tendrán una dirección, un sentido, una intensidad, y una duración proporcionales a las causas o fuerzas que los producen.
A veces, inconscientemente, se originan canalizaciones impropias que luego se van reforzando por vía de la repetición automática.
Lo mismo, pero con mucha mayor intensidad sucede si tales canalizaciones impropias surgen como resultante de actos conscientes.
Tales actos conscientes o inconscientes pueden ser simplemente movimientos, acciones, sentimientos, fantasías, ideaciones, falsas apreciaciones, etc. Producida la canalización en forma impropia es cada vez más fácil el automatismo o recurrencia del mismo proceso, que va conformando ciertos “rasgos psicológicos ".
Por circular en todas las organizaciones cerebrales y cada parte de cada una de ellas, corrientes bioeléctricas o cibernéticas, es decir, en definitiva, impulsos u ondas eléctricas, se tiene en todo lugar, la existencia de campos eléctricos y magnéticos resultantes de dichas ondas o impulsos o, lo que es lo mismo, campos electromagnéticos.
Existirá una mayor actividad electromagnética, en las zonas donde el tejido nervioso sea más concentrado, puesto que existirán mayores cantidades de circuitos eléctricos y corrientes o impulsos circulantes. Esto, permite situar los campos de mayor actividad en correspondencia con las distintas organizaciones cerebrales: el encéfalo, el conjunto de plexos y glándulas de secreción interna y la columna vertebral.
En física los corpúsculos del cuarto estado de la materia que se corresponden con la región cromática (luz) se denominan fotones. Dichas partículas despiden energía luminosa, dependiendo el color, la frecuencia del fotón. Por encima y por debajo (ultravioleta e infrarrojos) las partículas siguen siéndolas mismas, pero al vibrar en otras frecuencias, no son perceptibles por el ojo humano. Sin embargo, sigue comportándose como agentes portadores de energía.
El éter y el espacio vacío son los agentes de traslación o vehículo por el cual viajan o se propagan todas las energías, que ocupan a su vez todos los espacios intermoleculares pertenecientes a los primeros tres estados de la materia.
La energía del fotón incide en la primera instancia sobre el campo bioplásmico o en determinada región del mismo y por sucesivas transformaciones repercute hasta el nivel celular. No son necesarios grandes intensidades de flujo luminoso sino más bien discreto.
En base a lo expuesto es que iniciamos a mediados del año 1995, y sobre todo teniendo en cuenta los sistemas de bombeo de energía de Frohlich y experiencias hechas en Estados Unidos, Ucrania, y Rusia, ha demostrado y desarrollado la tecnología ofrecida.
El sistema promueve su acción a partir de la creación de un campo interactivo, mediante la aplicación de un potencial fraccional sobre elementos traductores del mismo, efectuando un aporte de trabajo que rompe las condiciones de desorden o desequilibrio existente y gesta un nuevo orden a partir de la redistribución de las células según sus cargas.
Otro hecho, es que promueve un aumento del flujo energético (fotones), en el espacio intercelular.
Al mejorar la eficacia celular, progresivamente cualquier tejido logra un mejor trabajo, sea el mismo del tipo que fuere, sin tener en cuenta su tipología histopatológica.
Según la física de Llya Prigogine: En los sistemas abiertos autoorganizados, como el biológico, necesita ser conducido por una corriente de materia y de energía que circule en su interior. No podría conservar su tendencia hacia un incremento de orden dentro de un cuerpo estático. Promoviendo el restablecimiento de los mecanismos de reparación, y evitando el deterioro permanente al que se encuentran sometidas las células, por efectos de oxidantes, y sometiendo los procesos de comunicación y funcionalidad propias de la estructura celular, ensamble y membranas.
Todas las células comunes y especializadas están soportadas por la misma información genética.
Es decir, que el sistema actúa sobre las funciones biológicas inherentes a todas las células, sin tener en cuenta la especificidad de las mismas.
Por lo tanto no actúa en forma selectiva sino que acciona sobre la totalidad de las mismas.
El electrón es el objetivo, dado que es el más ligero y más pequeño que existe hasta hoy, y puede ser movido de manera fácil más rápidamente que cualquier otro objeto. Por estas razones tiene claramente un gran potencial en la tecnología.
Debido a que el electrón tiene una carga eléctrica puede ser fácilmente manipulado por medios eléctricos. De hecho, es electricidad: una corriente eléctrica es el flujo de electrones, y la electricidad, con su sencillez de aplicación para producir calor, luz y potencia motriz, tiene un conjunto completo de industrias propias. Veremos que el electrón es fundamental, porque es parte de toda materia, y cualquier cosa que le ocurra a una sustancia puede ser reflejada como un reagrupamiento de sus electrones constituyentes.
Este reagrupamiento se puede detectar, normalmente, con algún instrumento electrónico adecuado si se quiere descubrir que le está ocurriendo a la sustancia, inversamente, si queremos hacer que le ocurra algo a la sustancia, ello puede conseguirse electrónicamente.
La sustancia que más nos interesa, es la materia de nuestro organismo. Los electrones son parte de cada gramo y fibra de toda criatura viviente, y, fluyendo por el cerebro, los nervios y los músculos, determinan nuestros pensamientos y movimientos. Los electrones radian calor y luz que determinan nuestro ambiente natural, y si este ambiente no nos satisface, podemos utilizar la electricidad para modificarlo. El electrón es la materia de que estamos hechos, el agente de nuestros pensamientos y movimientos, el controlador de nuestro ambiente y la extensión de nuestros sentidos.
La base técnica del sistema es de microcircuitos electrónicos integrados en estado sólido, dichos microcircuitos están diseñados especialmente para barrer permanentemente todas las funciones de nuestro organismo y restablecer el orden funcional perdido por la enfermedad.
Mediante un sistema pieza eléctrico resonando realiza la captación celular e inicia una organización interactiva de campos.
Dispositivos senderos integrados, son los que actúan captando la información sobre los campos que interactúan entre el radio de acción desde el equipo y el propio organismo. La alimentación eléctrica del sistema es en base a pilas que deberán cambiarse cada 50 has, de uso.
Cuando el paciente ingresa a la camilla vestido por el termino de 30 minutos comienza una búsqueda selectiva de todas las anormalidades, produciéndose en el espacio interactivo un cambio de polaridades a niveles más sutiles que podemos descubrir la propia biología nos ofrece todo su potencial. El sistema produce barridos de frecuencia que van desde los 0.5 a 110 Hz, y el organismo reconocerá la frecuencia necesaria para modificar sus estructuras como sus memorias celulares lo indican ADN. No produce ningún tipo de riesgo tanto para el paciente, así como para el operador del sistema, no tiene efectos secundarios de ninguna índole, tampoco presenta colaterales. Un método seguro y eficaz a su alcance hoy.